by - febrero 21, 2021

   El problema con el tiempo es que me hace pensar que todo pasado siempre fue mejor. Y sé que no todo tiempo pasado lo fue. Creo. No lo sé. No lo aseguro. No puedo. Si pienso en vos, creo que todo tiempo pasado fue mejor. Pero si recorto parte de él. Porque todo el pasado después de ese pasado que digo, no fue mejor. Creo. No lo sé. No lo aseguro. No puedo. El problema con el tiempo es que me hace idealizar momentos inexistentes para el ahora. Y empiezo a dudar de que el ahora no es ahora, sino una parte de otro momento. En que en algún punto me quedé estancada en un lugar que no reconozco. Que no reconozco porque creo me lo sé de memoria. Pero el problema con el tiempo es que me hace idealizar momentos inexistentes para el ahora. Desconozco qué es el ahora. No lo sé. No lo aseguro. No puedo. Y empiezo a dudar de que el ahora ya no es ahora. De que es ahora pero un ahora pasado. Donde el pasado que siempre dice ser mejor está al lado mío, pero no puedo volver a verlo nunca más. Creo que soy capaz de quedarme acá si eso significa volver a verte. Pero no lo sé. No lo aseguro. No puedo. 

  El mundo continuó. Creo. No lo sé. Y lo que le sigue. El tiempo me hace pensar que todo tiempo pasado fue mejor. Pero si hablo de esta parte del pasado, te digo que no creo que lo haya sido. Un pasado donde siempre quieras volver al pasado que luce tan brillante y tan perfecto definitivamente debería haber sido lo mejor que haya sucedido jamás. Pero aunque el tiempo me diga que ése pasado fue mejor, no quiero creerle. Quiero creer en que lo que siempre será mejor va a ser lo que viene y no lo que se fue. Creo, lo sé y lo aseguro. 

  El mundo continuó. Era inevitable que siguiera. Y aunque pensaba no verte nunca más, aparecías a cualquier hora y en cualquier lugar. Creo. No lo sé. No lo aseguro. No puedo. Podría jurar que estabas siempre donde mirara. No sólo podía elegir mirar hacia el pasado para encontrarte. Quizás seguir encontrándote ponía en duda todo el tiempo que le creí al tiempo. 

  El mundo continuó. Pero el tiempo juraba que todo pasado siempre fue mejor. Y yo te tenía acá. ¿Cómo todo tiempo pasado puede haber sido mejor, si te tengo justo acá conmigo? Nunca te fuiste. Siempre te quedaste.

  El mundo continuó. Aunque el tiempo jurara que todo pasado siempre fue mejor. Creo que lo fue. No te veo en ningún lado y jamás creí que eso me fuera a costar cada pensamiento de mi vida. Mirar a donde sea y ver tu ausencia, hasta cerrar los ojos y ponerte en lugares imposibles porque eso resultaba más fácil que aceptar que todo tiempo pasado fue mejor. 

  El mundo continuó. Pero el nuestro se rompió. Creo. No lo sé. No lo aseguro. No puedo. No pienso que se haya acabado si siempre estás intentando salvarlo. Porque estás intentando salvarlo ¿no?

  El mundo continuó. Pero a veces no sé dónde estoy. O si estoy. Ya no me esfuerzo por saberlo. Y empiezo a dudar de que el ahora ya no es ahora. De que es ahora pero un ahora pasado. Donde el pasado que siempre dice ser mejor está al lado mío, pero no puedo volver a verlo nunca más. Creo que soy capaz de quedarme acá si eso significa volver a verte.

  El mundo continuó. Creo. No lo sé. No lo aseguro. No puedo.

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