Hay algunas personas a las que simplemente ya no puedo
decirles nada. Porque ya no están. Y porque duele, tanto que no serÃa capaz de
arriesgarme.
A una le dirÃa que
simplemente ojalá sea feliz, que es la persona más linda que pasó por mi vida y
que se merece todo lo bueno que le pueda llegar a pasar. Que fue la primera
persona que me hizo creer y querer, y que no le puedo desear nada menos que
todo lo que yo tengo, que en cierta parte proviene de lo que me dio.
También le dirÃa que
tiene una manera única y hermosa de ser, que ojalá nunca la cambie y que
siempre pueda ser mejor de lo que fue. Que siempre intente seguir a pesar de
todo, que no se rinda y que siempre pueda querer. Que ojalá alguien pueda
quererlo tanto como yo lo quise y que nunca cambie su sonrisa.
Y a otra persona le
dirÃa que simplemente deje de estar, de volver cuando quiere y hacer de cuenta
que todo está bien, cuando no es asÃ. Le dirÃa que nunca la pude perdonar
porque simplemente no me puedo perdonar a mà misma primero, que no puedo
aceptar el daño ni tampoco el cambio, y que duele cada vez que intento dejar
todo eso atrás. Que duele simplemente ella, que no deja de romperme como desde
el primer dÃa. Que intento pero no me sale.
Que sepa que la
quise muchÃsimo pero no supo más que hacerme mal y cambiar todo lo bueno que yo
tenÃa. Que me ayudó en su momento pero sólo dejó un hueco más grande. Que no
quiero volver a pasar por lo mismo otra vez, que ni siquiera puedo ver una foto
suya que me pongo mal, que no sabe hacer más que lastimar.