Era bastante común quererte; digo, podía estar riéndome a carcajadas pero me detenía al pensar en que no te tenía. Era el detonante perfecto para mi malestar, para bien o para mal.
Estar me producía felicidad, pero al final del día no hacia otra cosa mas que lastimarme; todo lo que quedó es un recuerdo lejano de lo que solíamos querer.
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