by - noviembre 26, 2016

 Cierta vez me di cuenta de que ya no te quería. No necesitaba más que estuvieras, que me alegres los días, incluso que me sostengas cuando todo iba mal. Nunca lo hiciste en realidad, o nunca lo supiste. Y a veces dolía. Dolía ver que fui yo la que cambió. La que ya no quería seguir igual. Y no está mal, pero dolió. Porque pensé que siempre iba a quererte, porque me lo prometí, y al final no cumplí. Eso duele. Y también cada vez que pensé que te conocía y me daba cuenta de que no eras el mismo, o que había alguien más. Porque todo lo relacionado a vos para mí era importante, era mágico. Todo lo recuerdo, todo lo olvidé. A veces veo tan lejano el sentimiento y la sensación que me traías, que me regalabas, y que fue lo único que me hizo feliz por tanto tiempo. Y me pregunto, ¿qué habrá sido de todo eso?, no me pregunto “qué hubiera pasado si…”, sino que me hubiera gustado saber qué fue de eso que ya no es más. Cómo sería yo, acá y ahora, si todavía siguiera queriéndote tanto. Te sigo queriendo, pero como un recuerdo feliz y el más lindo que tengo, eso nada lo va a cambiar. Fuiste y siempre vas a ser la primera persona a la que quise. Y quizás con la que tanto me equivoqué. Y no sé, no me arrepiento de nada. Y creo que eso está bien. Te juro que pensé que jamás te iba a soltar, que nunca me ibas a decepcionar… no sé, pensé tantas cosas de vos. Y creo que está bueno eso de haber perdonado a pesar de cada error y decepción, porque, a pesar de todo, vos me explicaste qué era el amor. Eso en lo que nunca creí hasta que te conocí. Mejor dicho, eso que creía imposible hasta que te vi por primera vez. 

You May Also Like

0 comentarios