Pensando en vos todo el tiempo, me doy cuenta de que sos color.
  Me suena a arcoiris y me alegra que mi vida pueda otra vez ver colores que no sean sólo gris.
  Los matices se mezclan entre sí y estoy segura de que me gusta de verdad. 
  Hoy es una fecha especial y me pregunto si suena como a obsesión sabérmelo de memoria. Pero por fin mis días dejaron lo que decían querer y se fueron a lo que les hace sentir. 
  Bueno, los días no sienten, claramente. Yo sí, soy yo la que siente esos colores y vos quien los provoca y los hace brillar.
  Y si en algún punto de mi vida pensé que era imposible poder quererte así, te juro que me equivoqué en afirmar que lo sabía todo. Sos justo lo que no sé pero tampoco tengo deseos de aprender, siquiera de entender.
  Años conmigo misma me confirman que me conozco lo suficiente. Quiero controlarlo todo. Vos provocás justo lo contrario en mí. Mi control se enoja y yo me río, pienso que podés descontrolarme tanto como quieras.
  Azul como tu pañuelo ése día. Verde como todo lo que crece cada vez. Rosa porque se asemeja a perfecto y naranja porque tenés todos los colores que me gustan.
  El 22 siempre me gustó. Nunca entendí por qué y por ahí tenías que hacerme entender su significado. Qué sé yo, había un montón de cosas que no sabía ni entendía, al final no puedo decir que llegaste de improvisto porque de alguna manera necesitaba que llegaras algún día.
  Lo de los colores es metáfora, pero si tengo que decirlo, también lo sos. Y las metáforas me encantan, tanto como me encantás vos.