Entonces el inválido intento se repite en el tiempo y termina siendo absurdo, está vacío. Es como si sólo fuese el nombre y su estructura, pero está completamente desahuciado de acciones. Con esto quiero decir, que aunque intente, nunca hay una verdadera acción, porque soy capaz de hacer nada si eso me permite seguir recordándote.
  Y creo que quienes con antes me enternecía estar, ahora se convirtieron en mis enemigos; a veces no puedo respirar porque el frío tiene tu olor, porque el viento trae tu perfume; como diciéndome que la distancia permanece. Y cómo te digo que todo me recuerda a vos sin decirte que sigo acá después de tanto tiempo. Que vos ya me conocés, que ya me dijiste que yo iba a poder algún día no quererte más, mientras yo pensaba en cómo eso era tan siquiera un concepto real, si te quiero desde el primer día que me di cuenta de que eras diferente.
  Realmente el tiempo pasa rápido hasta que me detengo a pensar en que me encuentro en el mismo lugar. Y siento que no merezco nada de esto, y en que lo volvería a vivir si fueras otra vez. Si tan solo fueras capaz de estar. Pienso en que si todo esto valiera la pena, tendría un concepto válido para decirlo nuevamente, ¿dónde se escondieron las ínfimas formas de decírtelo?, si están en cualquier lugar (¡si estás en cualquier lugar!).
  ¿Dónde podría (no) encontrarte? Esa dicotomía me consume, estoy exhausta porque estás en cada lugar al que voy, pero decepcionada de nunca verte. La imaginación se enrreda con el recuerdo que siempre permanece presente, que parece infinito y, que sobre todo, nunca se va. Porque nunca se va. El proceso es repetivivo y cansador, y ya no tengo fuerzas para repetirme que, algún día, voy a poder. Me lo pregunto todos los días (¿voy a poder?), en algún momento ¿seré capaz? Porque me siento inútil en cada momento donde estés, porque si alguna vez lo hice quizás ésta no, porque no me siento de esa manera.
  Por vos podría seguir intentando con la nada, que no te desvanezcas, no olvidarte, no dejarte ir. Y por otro lado pienso que es absurdo el tiempo que me está tomando todo esto, sólo para darme cuenta de que a vos no te interesa y que, para mí, seguís siendo. Hoy es otro 17, y cuesta ver que como antes era uno más en el que estabas, ahora en cada diecisiete ya no estás. Además de todo eso, 2 años atrás me daba cuenta de que eras vos, de que de la nada llegaste sólo para darme cuenta de que jamás podría compararte con nada que haya vivido antes.
  Por vos podría haber vivido un amor de dos, pero siendo sólo una, pero siendo sólo yo.