by - diciembre 07, 2019

Esto podría ser simplemente una historia más en algún momento, realmente sueño con algún día poder darle un final, no importa cómo sea. Mientras tanto, sólo puedo seguir escribiéndola para poder recordar.
  Nunca pensé estar tan encerrada y por tanto tiempo. Y a veces me pregunto si acaso no estuve encerrada toda mi vida. Vi cómo se terminaba, bien delante mío, y pensé que al final de eso tenía que tratarse absolutamente todo: de terminar. Cuando te miré, entendí que volví a empezar. Pero lo hice ser imposible, porque sentía que no tenía nada con qué volver a ser. Sabía que no quería nada de esto otra vez, pero cada vez que te miraba, me sentía entera. Y por muchísimo tiempo así me sentí. Y de esa manera, entendí que quizás no todo estaba destinado a terminarse. Por ahí vos, de alguna manera, venías a decirme que, finalmente, esto era para siempre. Y me costó creerlo porque todo estaba destinado a desaparecer, pero esa vez parecía ser diferente. Entonces, de repente y de a poquito, las cosas parecían tener un nuevo sentido, un significado. Finalmente, las cosas parecían salir bien. Confié ciegamente en que por fin algo estaba a mi favor, en que no tenía que pensar en ningún futuro aterrador, porque vos te ibas a quedar sin importar qué pasara. Y sin embargo me cansé de pensar en un futuro donde te fueras. Porque lo había vivido toda mi vida, te quería, pero sabía que nada de esto podía durar. Porque lo que quiero, nunca prevalece. Y, mientras pude, te quise sin pensarlo tanto. Aunque lo haya pensado cada día de mi vida.
  Confié en que ése nuevo comienzo parecía ser definitivo y duradero, para finalmente, darme cuenta de que tenía que amigarme con la idea de que quizás sea testigo de muchísimas despedidas más. Entonces el dolor se quedaba sólo acá, porque no tenía lugar hacia el cual salir. Realmente creí en que podía ser capaz de hacer que lo que fuera, se quedara. Pero otra vez no pude: todo estaba destinado a desaparecer. La diferencia de éste fin con los demás, es que nunca dolió de esta manera. Nunca había dudado tanto en cómo avanzar, qué hacer, para poder salir de todo eso. Y ahí es donde sigo hasta el día de hoy, desconociéndome hasta el punto de ni siquiera saber quién soy si me hacés falta. Pienso en que quizás la culpa sea mía por pensar en que esta vez, todo iba a estar bien; por confiar, por primera vez, en mí. Y por haberte depositado más o menos todas mis expectativas y esperanzas.
  Y, volviéndolo a decir: ningún final dolió tanto como este. Me desconozco mientras lo sufro, pero también cada vez que me entregué a vos porque confié plenamente. Y me desconozco, porque dejé de ser yo en cuanto vi que podía ser con vos. Entonces, cuando te fuiste, me dejaste sin saber acerca de mí. Cuando intento comparar finales, ninguno parece tan importante, ni recuerdo si realmente los sentí. Desde este final, a veces no puedo respirar. Y a veces no puedo recordarme. Creo que también duele un poco eso, no poder ser capaz de verme entre tanto revuelo.
  Y, volviéndolo a decir: cada final se quedó sólo en mí, eran sólo míos. Y, a este, lo quiero totalmente libre: que se vuelque donde haga falta, que vaya hacia donde no debería, y que sea. Jamás podría guardar tanto dolor dentro de mí. Jamás podría volver a lastimarme tanto. Y, como pensé anteriormente, este es diferente a los anteriores. Porque me hace pensar, aún siendo final, que siempre habrá un empezar, aunque se termine.

You May Also Like

1 comentarios