by - agosto 03, 2020

  Nunca necesité nada más cada vez que te tenía, pero de verdad. No pensaba en nada más, más que en mí queriéndote dar una oportunidad. Probablemente te la mereciste, pero también, probablemente, no merecía dártela.
 Intento no quedarme con todas las culpas, pero ya me las eché. Porque vos decís que nunca acepto errores en mí, pero yo me critiqué toda mi vida. Tomo como defensa ni siquiera analizarlas desde los demás, suficientes son las mías. Jamás podrías decirme algo peor que lo ya me dije, y aún así no entenderías lo que duele que venga de alguien a quien querés tanto.
  Soy incapaz de reconocerme dejando lo que me lastima, de manera tan repentina. Últimamente no sé quién soy ni qué es lo que quiero si no estás. Pero tampoco sabía bien quién era, ni qué quería, cuando estabas. 
  Cuando te intento imaginar estás vestido de perfección, no hay nada malo en vos. Se vuelve tentador volver a algo que tan bien me hizo, ¿por qué me tuve que ir?... Cuando me sumerjo en lo que había, sólo encuentro cosas buenas. ¿No es peligroso seguir viéndote de una manera tan bonita?
  Confieso que tengo todo para regresar pero casi nada para decirte. Todo lo que decías era suficiente para quererte, pero todo lo que hiciste fue suficiente para desear irme tantas veces. No sirve querer tanto si tengo más dudas que certezas. No creo que interese cuánto decías quererme si al final del día sólo podía dudar de todas tus palabras. 
  Creo que no me arrepiento, pero realmente yo no merecía que intentaras nada. Porque no sé si te lastimé y no saberlo me duele. Sí me arrepiento de todo si te hice daño en algún punto. Vos no te merecías sentirte como opción ni yo dudar de cualquier cosa, todo el tiempo.
  Mientras más intento profundizar, más quiero volver. Aún y cuando creo ser consciente de todo. ¿No te parece lo suficientemente peligroso no poder dejar de quererte ni un segundo?
  

You May Also Like

0 comentarios