Renuncio, paro, me cansé. Porque ya no es lo de siempre, no queda nada, no te quiero igual, vos tampoco, todo se volvió costumbre, me acostumbré a tenerte, a verte todos los días, y no medí el dolor que conllevaba el acostumbrarse a un sentimiento. Me equivoqué. Me excedí, demasiado. Lloré, lo suficiente. Te quise, hasta el cansancio. Me lastimaste, más de lo que podía soportar. Hice todo lo que estuviera a mi alcance cuanto pude, pero nunca tuvo sentido. No hay realidad, no hay magia, no queda nada.
No puedo entender cómo todo termina así, como juré nunca llegar a esta instancia, como prometí quererte para siempre. Me siento mal, por dejarte ir, por perderte, por no poder aprovechado la oportunidad, las miles de oportunidades que tuve.
Renuncio a quererte, a cuidarte y a estar ahí sufriendo por vos. Todo se perdió, todos mis sueños, ideas, pensamientos, absolutamente mi vida entera, se echó a perder cuando te conocí. Porque lo cambiaste todo, lo reemplazaste por algo mejor, pero terminó derrumbándose al primer intento, dejando escombros de algo que ya no sé qué es.
0 comentarios