by - junio 27, 2016

  Había luces intermitentes y caían gotas después de tanto tiempo, entonces miré la oscuridad del cielo y me acordé de vos, no faltaba mucho para que mis lágrimas se mezclaran con las de ese cielo que observamos alguna vez. Estaba todo oscuro, caminaba por el medio de la calle con charcos de agua alrededor, sin un camino o destino claro. Y mientras esperaba lo que sea que estuviese esperando, coincidimos otra vez, apareciste, sonreíste, y te fuiste. Sonreí y bajé la cabeza, habías puesto color a mis días otra vez. 

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