by - julio 06, 2016

  Las calles rotas, mis zapatillas sucias y las tuyas a la par.
  Una línea amarilla, caminamos por mucho tiempo, pero no nos conocíamos.
  Una línea rosa, me detuve y vos me dejaste atrás, me detuve porque me di cuenta de que te quería. Corrí para alcanzarte. 
  Una línea roja, que aparecía continuamente para recordarme de que el camino lo hacíamos juntos. Pero siempre solos.
  Una línea incolora, desapareciste del camino y no recuerdo el color.
  Caminé sola, por mucho tiempo, me perdía constantemente y cada vez parecía que mis zapatillas se ensuciaban más. 
  Línea verde, había paz, había retomado mi camino pero sin tu presencia. Mis zapatillas estaban casi nuevas.
Una línea gris, doblaste por una curva para hacerme compañía, otra vez. Esta aparecía todo el tiempo porque nada parecía cambiar. Mis zapatillas estaban más limpias que antes.
 Una línea celeste, me di cuenta de que te necesitaba, y caminar a tu lado era todo lo que necesitaba.
 Una línea azul, sabía que ibas a cambiarte las zapatillas, y que ibas a dejarme caminar sola otra vez.
 Una línea violeta, después de mucho tiempo tratando de encontrar mi camino otra vez, volviste. Otra vez.
 Una línea naranja, íbamos más a la par que nunca, nuestras zapatillas relucían. 
 Una línea marrón, tus zapatillas se volvieron a ensuciar, pero no te fuiste, me embarraste a mí también, y no podemos seguir caminando si uno no sostiene al otro; nos cansamos del camino y sólo queremos llegar a la línea blanca, pero ésta nunca llega, y nosotros no queremos seguir caminando, no queremos seguir yendo a la par. 

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