Hoy, después de
tanto tiempo, me acordé de vos, y lloré. De nuevo. Pero no como esas veces en
las que no podía parar, sólo se me cayeron unas lágrimas que no pude reprimir a
tiempo. Y pensé en la cantidad de veces que habré llorado sin razón y sin
consuelo cuando no estabas. Demasiadas, diría mi inconsciente. Y la verdad que
sí, fueron incontables las veces que te necesité conmigo y nunca te lo supe
decir.
Y pensé, quizás
no se trate de olvidar, ni de superar, ni siquiera de entender. Quizás tenga
que acordarme de nuevo, de asomarme al dolor, de volverlo a llorar. Pero no
para que vuelva, sino para saber si realmente me duele o simplemente lo olvidé,
si olvidé tanto la sensación que extraño extrañar.
Y llegué a la
conclusión de que quizás te extrañe toda mi vida, que por ahí ya no te tenga
que llorar más, sólo entender que te sigo queriendo y que no puedo hacer nada.
Recordarte cuando pueda y llorar cuando me sea posible.
Aunque también
pensé en que en algún momento se termina, como tantas otras cosas, pero quizás
nunca pensé que se podía querer así, quizás nunca entendí la parte de dejar ir.
Pero no estoy mal, simplemente estoy tratando de entender que te sigo queriendo
y que no está mal, no me siento mal por eso, sólo te espero otra vez.
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