by - mayo 12, 2017

  Hoy, después de tanto, pero tanto tiempo, te vi. Quizás porque todo iba despacio cuando te ibas, pero esta vez no fue así. Fue raro, no lo esperaba en lo absoluto. Pasó como la última vez, apareciste de la nada. Y me hizo mal, tan mal. ¿Recuerdos? Ninguno, para mi sorpresa. ¿Miedo? Muchísimo. Bronca, miedo y dolor, todo junto al mismo tiempo. El corazón me latía muy fuerte. Lo sentía latir, sentía cómo se lamentaba de verte otra vez. Dejó de escucharse todo tipo de sonido, sólo lo escuchaba a él, asustado, con dolor, y con la sensación del que siempre espera lo mejor. Me hizo mal, sí, eso no lo negaría. Sólo sentí el dolor al verte y el no poder sentir nada más que eso. La sensación de volver a personas que te hicieron mal, una y otra vez. El no poder salir de eso, el no poder actuar, el no sentir nada más que miedo.
  Hasta que no me alejé, no pude hacer nada más que escuchar a mi corazón ponerse triste. Hasta que no me fui no podía pensar y no podía dejar de llenarme los ojos de lágrimas. No podía. Vos deberías saber de esas cosas. Vos deberías.

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