by - septiembre 10, 2017

  Cualquiera que me conociera de verdad pensaría que raramente te recuerdo y que tu paso por mi vida ya no significa nada. A veces me gusta pensar que es así, otras tantas me doy cuenta de que no, todavía no. 
  Miro alrededor de donde sea que esté ahora, y de repente todo te recuerda. Intento acostumbrarme, pasa más seguido últimamente. 
  Afuera llueve, hay nostalgia gris, y me acuerdo de que te daban miedo los truenos, como si desconocieras que no hacen nada. Pero estruendan de golpe y yo también me hago chiquita, me tapo con la frazada y espero a que pase. Cada vez que escucho uno me acuerdo de vos, y andá a saber si vos también de mí.
  Afuera sigue lloviendo, y a vos hasta hace unos años te encantaba, pero a mí no me gusta porque hace que te recuerde todo el tiempo. Entristezco cuando escucho la primer gota desde la cama, y sé que desde la tuya vos estás feliz de que llueva una vez más. 
  Ahora mismo afuera está lloviendo, por inercia voy hacia el balcón y observo el paisaje gris, los árboles tristes y las luces apagadas. No hay sol pero las nubes están todas juntas como si tuvieran frío. Entro, mis 22 gatos están durmiendo entre el sillón y los respaldos, juntos, como si el día sólo sirviera para eso. Sonrío. Parece tonta la comparación entre nubes y gatos, pero a mí no me parece tan desmesurada.
  Los pensamientos se profundizan, y pienso en cada cosa que sé, o sabía, sobre vos. Te caracterizo con la lluvia e imagino que debés estar encantada de que caiga agua y durante todo el día no hagas nada. 
  Cuando me quiero dar cuenta ya no está lloviendo, recién escuché a unos pájaros cantar. No sé cuánto tiempo habrá pasado pero creo que me saqué de adentro una buena dósis de tristeza tuya. 
  Pero de por sí todo lo que está afuera de mí te recuerda como si no existiese nada más, y aunque intento pensar en otra cosa, estás en todos lados. 
  Suena una canción, más tuya que mía, porque te la dediqué hace un poco más de dos años. Suena otra, que también es tuya. Y otra, pero esa no la conocía en ese momento así que paso a la que sigue. 
  Volvió a llover, desde adentro me dicen que se parece bastante a cómo estoy desde hace unos días. No es por echar culpa, pero eras la única que producía tal cosa, entonces no me sorprende tanto. 
  Las gotas caen con violencia y yo ya no sé qué hacer para dejar de pensar en que vuelvas otra vez. E intento acordarme de todas las cosas malas que me dejaste, y no sé qué extraño de vos, si sólo supiste lastimarme. Y no puedo acordarme ni de un solo momento en donde hayamos sido felices, ni por un segundo.
  Entonces me enojo, porque afuera sigue lloviendo, hace no sé cuántos domingos estaba con vos y cada fecha me recuerda que te fuiste hace rato.

You May Also Like

0 comentarios