by - septiembre 29, 2017

  Todo el día estuve pensando en si escribir o no, me cuestionaba si estaba en lo correcto, o, por el contrario, debería no hacer nada. Pero la respuesta es tan fácil como la promesa, dije que no iba a prohibirme nunca más hacer esto. Entonces, aunque quizás lo repita y me canse de pensarlo, no lo voy a dejar de hacer. 
  No voy a dejar de dibujarte en letras, porque siempre lo puedo hacer de una manera distinta. Y si puedo, y si me sale, y si me ayuda a aclarar aspectos confusos de lo que fuiste, ¿por qué no lo voy a hacer? 
  Entonces, una vez llegada la respuesta, la próxima acción a analizar, sería: ¿sobre qué escribo? Obviamente de mí, de vos, del medio y de lo que ya no es. También de lo que queda y no me gusta, de lo que alguna vez no fue. 
  Pero no pienso en absolutamente nada. Intento, pero no recuerdo, las frases no se arman y mis dedos no se mueven. Pienso, pienso en vos, pienso en mí, pienso en todo. Pero no hay nada, ni en el medio, ni atrás, ni adelante. Nada de nada. Sigo pensando, ¿qué me pasaba? Con vos y conmigo. Justamente en este momento no lo puedo ni asimilar, no logro entenderlo en absoluto. 
  Trato de repasar todos esos recuerdos que inútilmente chocan en mi cabeza repetidamente, ellos dicen que se quieren quedar para siempre y yo ya no quiero recordarlos nunca más. Ni a ellos ni a vos. Ahí tenés. Rencor, bronca, repulsión. Todos sentimientos dañinos, que no se separan casi nada de lo que vos eras. 
  No siento nada respecto a eso. No molestan, su presencia pesa pero me hace entender que estuve equivocada y esa es razón suficiente para mí. 
  Cruel suena de mi parte confesar que tu presencia me molesta, pero es así. Contrariamente a lo que había atrás, no quiero nada de tu parte. Ni mirada, ni sonrisa, ni saludo. Nada que me recuerde que en algún momento te quise con lo que era, nada que me haga sentir eso de nuevo. Porque no va a pasar, pero no quiero repetir el medio que no fue nunca y mucho menos las ganas de querer de alguien que ya no está. Yo ya no estoy ahí y sé que vos nunca lo estuviste.
  Juego, manía y manipulación, hoy son parte de todo eso que el atrás se llevó. Y que regresa de vez en cuando. Al oscurecer, en ciertos lugares, en extenuantes momentos.
  Entonces, no. Suficiente dejé como para volver a regalar eso que no entendiste, que no quisiste aceptar. Entonces no, no intentes ser tan hosco, cambiá tu rótulo, y volvé a empezar; porque eso me suena más sincero que divagar por lo que ya no es más.

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