Creo en nosotras. Creo en vos diciéndome que puedo, creo en vos cada vez que me decís que algún día todo va a estar bien.
  Creo en mí cada vez que te veo sonreír, cuando escucho tu risa, cuando te brillan los ojos. Miles de veces me pregunté dónde estuviste toda mi vida, y qué hubiera sido de mí si nunca hubieras aparecido.
  Y creo en todo cuando pienso en vos, porque la amistad que tenemos es para siempre. Y yo no creo en el para siempre, pero vos hacés que confíe en todo eso que no existe.
  Y no encuentro sentimiento más sincero en mí, que quererte así. No me sale más que ser feliz cuando pienso en vos, no hay alegría que valga más que hacerte reír hasta que llores, y no hay satisfacción más grande que reemplazarte las lágrimas por sonrisas.
  Siempre me dijiste que yo soy más madura, que yo aprendí más que vos desde que nos conocimos. Nunca me lo tomé como un cumplido porque estuviste en cada paso que di, cada vez que aprendí algo nuevo y cada vez que me caí, vos me ayudaste a levantar. Desde donde no puedo sentir más orgullo por tenerte, algo te agradece por llegar. Y por quedarte. Porque no te fuiste nunca y no hay mayor muestra de amor que esa.
  Y ya dije que me nacen los pensamientos más sinceros con vos, pero creo que no me expliqué lo suficiente. Ojalá pudiera cuidarte de todo lo malo que hay alrededor, ojalá pudiera pararme frente a lo que vos te hace doler y deshacerlo hasta que te cures. Ojalá pudiera protegerte sin que nada malo te pase, pero sé que eso no es posible. Sólo puedo quedarme a ver cómo te caés y levantás mil veces, siempre agarrándote la mano para que no te estanques nunca más.
  Y no sé si tenerte para siempre dependa de mí, pero ojalá nunca nada te haga falta, ojalá nunca nos hagamos falta la una a la otra y siempre podamos seguir así, como desde el primer día. Ojalá sigamos aprendiendo la una de la otra y entendamos cosas, vivamos otras y nos ríamos de lo que en algún momento nos hizo mal y nos preocupamos por parar.
  Ojalá nunca sientas que algo te hace falta, que hay algo malo en vos, ojalá pudieras no reprocharte a vos misma cada vez que el mundo se equivoca.