Los vecinos siguen con la música a todo lo que da, pero no importa, es Navidad; y si no podemos dormir, es problema nuestro. Resulta que son las 6 A.M. y los ojos se me cierran de a poco pero por alguna razón estoy escribiendo esto. Busco la manera de elegir las palabras adecuadas para intentar describir lo que me pasa, pero sólo vienen de vez en cuando. Mientras tanto, esto es introducción, más adelante seguramente se me ocurran.
  Me tuve que poner los auriculares porque la música está demasiado alta y no me deja pensar, aunque los pensamientos están más arriba que cualquier otra cosa. Y pienso en desorden, la atención se me corre de un recuerdo a otro y armo frases inconclusas que no me sirven para plasmar nada.
  Y es que al frente mío tengo a una persona tímida, que sonríe por tonterías. Y resulta que es lo único que puedo ver, porque no quiero ver nada más. Pero todo resulta demasiado cliché cuando quiero expresar lo que me hace sentir, y no hay palabra que valga suficiente para ser escrita, ni tan siquiera considerada. Entonces entro en un círculo, porque quiero poder plasmarla en líneas, pero todo se me hace suficientemente repetido como para siquiera considerarlo como opción.
  Cuando me pasa eso me siento en la cama, y escucho el ventilador y veo la oscuridad. Apoyo las manos, miro a un punto fijo, siempre al mismo, aunque no lo logre ver. Y lo único que puedo decir es que no puedo plasmar nada acá porque todo es nuevo, y no tengo palabras que describan perfectamente lo que me pasa cada vez que pienso en ella. Pero si la pienso se me vienen miles de frases que jamás se me ocurrirían decir ni tan siquiera imaginar, pero se van tan rápido que no puedo ni escucharlas. Y me refugio en letras ajenas, pero tampoco me ayudan a aclarar lo que siento.
  Y es que tengo en frente mío algo sincero, algo nuevo y que no quiero dejar de ver, y es que tengo en frente mío lo que no pensé que se podía tener. Entonces me quedo quieta, la miro, es una persona tímida que sonríe por tonterías, y eso es lo único que puedo decir cuando está presente, pero si no me tildo no soy yo, porque de lejos parece inalcanzable, y de cerca ni les cuento.