Me mantengo quieta, quiero llorar. Casi siempre supe que nunca iba a terminar. Me siento distinta, de repente todo se ve diferente al pasar, ¿podría ser que lo que siempre vimos, ya no va a ser más?
  Era cierto cuando me decían que era incapaz de ver todo en su totalidad, aunque lo haya negado sin dudar. Es cierto que quizás te pasás toda una vida tratando de ver lo que luce invisible para tus ojos, pero que sin embargo, está. 
  Hace ya más de un mes, me desperté rara. Es diferente cada forma en la que te despertás, es como si supiéramos de antemano cómo nos vamos a sentir durante el día. Me desperté como con optimismo, pensando que todo, pero todo, podía pasar. Ese día me di cuenta de algunas cosas, y me pregunté: ¿Por qué estás mal? Sólo resonaba el nombre de una persona que dolía. ¿Por qué no la dejás atrás? Porque jamás pude y probablemente nunca lo haga. Si ya lo intentaste con alguien más y te funcionó, ¿por qué ahora no? Porque sé bien que no va a pasar, porque duele cada vez que la traigo para acá, duele cada vez que no está. 
  Ese mismo día me decidí por mi carrera, duda que no me dejó dormir bien por casi 4 años. Ese día, también, dije que ya está, que lo intente. Mente y corazón se alinearon y aceptaron, estaba justo frente a lo que pensé nunca llegar. Y empecé, un día, dos días, tres días... cada vez costaba menos intentar. Y comencé a ver los cambios, las <<primeras veces>> que ni siquiera tenía idea de que existían. La primera vez que escuché su nombre y no me dolió. La primera vez que escuché mi canción favorita y no me acordé de que ya no la tenía conmigo ni para siempre, como tanto me consumí al jurar.
  Hoy llovía, yo estaba caminando a unas cuadras de mi casa. Miraba el cielo. Hoy fue la primera vez que llovió y no me acordé de ella, sino que me puse feliz. Porque siempre la lluvia me hacía acordar a cada vez que me decía que tenía miedo y no la podía abrazar. Ahí mismo me di cuenta de que no parezco estar tan lejos de lo que tanto creía imposible de superar.