Miedo

by - junio 22, 2018

  El miedo se puede conceptualizar de infinitas maneras. Podés tenerle miedo a todo. Podés tenerle miedo a nada. Podés tener tus miedos específicos, esos que son íntimos y tuyos. Y el que tenés al lado no lo entiende, como vos tampoco entendés los suyos, a menos de que también te pase. Aún así no es  el mismo miedo. 
  El miedo te paraliza, te inquieta y te mantiene pensando en una realidad ficticia. El miedo te consume. Y un día que no recordás ya sentís que son uno, que no se pueden separar más. Querés adelantarte, ganarle, pero él siempre tiene sus trucos que te hacen quedar atrás.
  El peor miedo es ese que está personificado. Te juro que vos no conocés mi miedo. Pero ese miedo me mataba en el sentido más literal de la palabra. Cuando me encontraba con él era como si mi realidad y la que imaginaba, chocaban. Y quedaban trizas, ya no sabía qué era de verdad y qué no. De tantas colisiones ya no sabía dónde estaba viviendo. 
  Pero a veces tenés que ir y hacerle frente a tu peor miedo, ese que te hacía temblar las piernas y te quebraba la voz; y pasarlo por encima, ganarle, decirle que no, que demasiado tiempo lo idealizaste como lo peor, y como algo que nunca se va a ir, pero que al final se terminó yendo cuando dijiste basta. Justo adelante del miedo está parte de mi paz, ¿en serio siempre estuvo ahí mientras yo miraba para atrás?

You May Also Like

0 comentarios