by - noviembre 26, 2018

  Al instante lo dije en mi cabeza, lo pensé: esa fue mi manera de decirte que ya está, que terminé de intentar. Es que es tan doloroso fingir que no me pasa nada, cuando me pasa todo con vos. Me agotó aguantar, ya lo he hecho, nunca me costó tanto, jamás me dolió de esta manera. Me empeñé a esperar a la última vez, quizás para entender que no podía haber una nueva; pero pude hacerlo antes. De repente, viéndote a los ojos, diciéndote a través de ellos un <<no sé, bueno, chau>> pero que fue más que eso. Así lo sentí, una señal de que debía salir, parar de sufrir. Y con eso siempre discrepo, me digo que tengo que entender la situación, y llorarla, escribirla, soltarla. Pero por otro lado, me digo que no tiene sentido llorar, porque no me sirve de nada. Pero se siente tan lejano ese día, ése día en el que pueda decir que quiero a alguien otra vez y que no seas vos. Se siente raro ahora mismo intentar decir que me tengo que ir, y que en un futuro voy a querer a otra persona. Ya te dije, duele intentar no sentir nada si con vos siempre me pasó todo. Duele dejar a un lado la costumbre de los mismos sentimientos, las mismas sensaciones, que sólo están si vos estás. Pero ahora que no vas a estar, ¿cómo les digo que se vayan, si lo único que quiero es que se queden?

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