Tierra marrón.

by - febrero 22, 2019

  Cuando caminé mil veces por los mismos lugares, me pregunté infinitas veces cuándo sería ese día en el que algo cambiara, se viera diferente o dejara de ser tan monótono, tan igual. Y aunque esa pregunta me la sabía de memoria, continuamente me sorprendía, porque no sabía qué responder, porque no parecía haber respuesta. Y ahora sé que ese día radiante, inigualable o cualquier adjetivo que le atribuiría para hacerlo brillar, dependía de muchísimos factores. No podía ser un día suficiente para que repentinamente todo cambiara, sea diferente. Y aunque en ése momento parecía posible, no.
  Y si bien no me decido cuándo, diría que ese día caminando por los mismos lugares. Al momento no logré darme cuenta, pero ahora mismo me suena a grandeza resplandecerse por el mismo lugar en el que antes sólo era capaz de preguntar. Y, como dije antes, convergieron un montón de factores. Como el día que me llevó años, y en el que pude finalmente decir que logré querer de verdad. O como ese en el que me di cuenta de que estaba buscando afuera lo que realmente necesitaba encontrar en mí. O el día que me di cuenta que alguna de esas frases que suenan por todos lados pero nadie toma en cuenta era verdadera, que dice que no podés querer a nadie si primero no te querés a vos. ¿Cómo vas a querer si no sabés qué es querer? El amor propio es más sincero que ningún otro. Además de que es totalmente diferente cuando pensás que querés a alguien y no queriéndote, que cuando lo hacés consciente de vos, de tus concepciones y limitaciones.
  Entonces, el día que me di cuenta de que te estaba queriendo, me resultó antipático, me asustó, revolvió cimientos que pensé estaban completamente inamovibles. Lejos de aceptarlo, intenté interceptarlos. Pero esos sentimientos desde el primer momento sabían que habían venido desde tan lejos, que esperaron tanto, que no pensaban ni encontraban razones válidas para irse. Y resumiendo meses de negaciones constantes, pasó que sí, que lo tuve que aceptar. Porque si para algo no soy buena es para mentirme y lastimarme.
  Y me di cuenta al mirar hacia la tierra marrón, uno de esos días que estaba con mi mejor amigo arrancando pastitos y hablándole de vos, pero no tanto para sentir que lo agobiaba, a pesar de que sabía que era casi un milagro que estuviese expresándome de esa manera, y de que justamente por esos días me sintiera tonta por quererte. Entonces la tierra marrón pasó a ser un símbolo característico de mis días, en los que podía darme cuenta de que me sentía viva. Porque siempre estoy mirando para abajo, porque en un momento no me gustaba pero ahora es costumbre, porque puedo ver que a donde mire siempre va a haber algo que estoy ignorando de estar mirando hacia otro lado. Y había días que no te quería ver porque increíble eras siempre, y cuando no podía hacerlo, miraba para abajo, a la tierra mojada, repitiendo que para ese entonces, siempre iba a haber un otra vez.
  Después de varios meses me di cuenta de que la tierra tiene el mismo color que nuestro pelo y nuestros ojos, a veces que mis uñas y otras que tu ropa. También lo identifiqué en los árboles y en los colores que sentía cuando nos mirábamos por unos segundos.
  Aunque hable de épocas pasadas, me pregunto si en algún momento van a dejar de sentirse como si siguiesen transcurriendo. A veces siento que el tiempo en cierto lugar se detuvo, porque se siente como un bucle pensar una y otra vez en cuánto me gustaría poder expresarte que todavía te quiero. Hace un año tenía miedo todavía, pero por una parte sabía que todo eso me estaba revolucionando. Y hoy no puedo concebir lo increíblemente enamorada que estoy de vos y de lo sincero que lo siento.
  Ahora que son las 4 de la mañana y te hablé para decirte lo que te hubiese dicho hace un año atrás, quisiera que sepas que siempre en éste día te expresé con colores, para que entiendas que me siento afortunada de saber que desde que tengo conciencia de mí, constantemente fuiste un veintidós, aunque no supiese que existías, creo preguntarme toda mi vida cómo fue que te busqué desconociendo que en algún momento te iba a encontrar, que todos esos colores y veintidós iban a coincidir con cada parte de vos.

You May Also Like

0 comentarios