by - diciembre 01, 2020

 Aún recuerdo cada tarde que me regalaste. Lo teníamos todo, pero no éramos nada. Nunca lo fuimos. Ni podríamos serlo. 

  En una vida llena de dudas, siempre estuve segura de vos. Y mis únicos miedos eran simplemente dos: que se perdiera lo que tuvimos en algún momento y de que alguien más te hiciera reír. Ambos sucedieron, porque cada vez que algo me aterroriza, termina siendo mi nueva realidad. Te quiero, pero siempre en libertad. Conmigo o sin mí, vas a estar bien. Con o sin vos, espero poder decir lo mismo algún día. 

  Con vos siempre todo fue un interminable no sé. No sabía si me querías, me querés pero no sabés qué hacer con eso. Y yo lo sabía perfectamente: siempre te iba a preferir por sobre cualquiera, pero jamás sobre mí. 

  Y aún después de tanto tiempo entiendo que te sigo queriendo con todo lo que soy, pero no merezco que duelas de esta manera. ¿Cuánto puedo fingir antes de confesar que todo esto me estaba rompiendo el alma? 

  En mi vida se me ocurriría no quererte feliz, pero algo se remueve cuando veo que seguiste adelante tan fácil. No lo entiendo y no me entra en la cabeza tu manera de querer a alguien más. Me llena de incertidumbres y de dudas. 

  Con respecto a mí, estoy bien. Puedo sentir cómo el sentimiento muere de a poquito. Cómo se deshace y va cayendo de a pedacitos por sobre los recuerdos. Algunos, por no decir la mayoría, ya no duelen. Otros eligen seguir lastimándome como si fuera la primera vez. Fue insostenible intentar una y otra vez que nada se cayera, desde un solo lado. En algún momento también iba a terminar por abandonar todo. Y así fue. Llegué a la parte en la que entiendo que no depende todo de mí, aunque quisiera que todo dependiera de mí. Segura de poder soportarlo todo por quererte, entendés que ese todo pesa demasiado. Y que lo sostuve demasiado tiempo yo sola como para no terminar exhausta. Entonces lo dejé ser, y lo dejé ir. No sé si va a volver, pero tampoco deseo saberlo todo esta vez. 

  Hoy nos volvimos a ver después de dos meses y no esperaba volver a hacerlo de nuevo. Todo seguía intacto cuando te miraba. Podía sentirlo, podía quedarme mirándote todo el día. Se percibía todo bajo el no debería verte así, nunca más. Pero nos volvimos a encontrar, creo que vos también te diste cuenta, aunque somos incapaces, otra vez, de sentir lo mismo. 

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