• Home
  • About
  • Contact
    • Category
    • Category
    • Category
  • Shop
  • Advertise

About Me

About Me
Escribo desde los 13 años, me gustan las series, los gatos y Marina and The Diamonds. , click here →

Follow me @paula.sidoruk

Followers

>>Otros blogs

  • Cafeinómana
  • ( brillantina explosiva )
  • Silicon, Saline, Poison
  • Vuelo de media luna.

Translate

facebook twitter instagram pinterest bloglovin Email

Happy crime.

"I am Marina and you are the Diamonds."

 Incluso lo reconocería a distancia, lo sabía; situaciones normales, pero solía verle como si él, fuese magia. Como si cada cosa que hiciese fuera perfecto, como si cada vez que él sonriera, no existiese nada más. Intentaba buscarle un defecto, un error, ¡no tenía nada de eso!
  Cada cosa que él hiciese estaba bien, incluso aunque se esforzase por hacerlo mal. Le sorprendía gratamente lo que él lograba hacerle sentir, lo que producía con pequeños detalles. 
  Él no lograba darse cuenta, tan siquiera podía dedicarle una sonrisa y no se necesitaba nada más, podría estar horas observándolo que sabría cada una de sus expresiones; ¡se sentía extraña por reconocerle todas esas cosas!
  Pero cuando necesitaba de su presencia comenzaba a buscar entre la gente, esperando encontrarlo en los lugares más insólitos, a donde él nunca concurriría, encontraba rasgos suyos en diferente gente, pero ella, necesitaba encontrarlos todos en la misma persona, en él.
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
  Permanecías con esa seriedad que te caracterizaba, observando un punto fijo mientras dibujabas círculos en la superficie de aquel vaso transparente y vacío, tus piernas permanecían cruzadas sobre ese sofá negro, mientras tu brazo izquierdo reposaba sobre él. Me detenía a observarte, estaba estresada, pero vos no parecías estar de la misma manera.
  Una, dos, tres y más botellas alrededor, ¿cuántas habían ahí?, te levantaste y fuiste a la zona iluminada, prendiste un cigarrillo mientras mirabas el cielo gris que se veía esa noche, no parabas de pensar, no paraba de mirarte. Fui a hacerte compañía, me contaste que te sentías extraño, que esto no era lo mismo de antes, que todo cambió, incluso nosotros dos. Asentí con la cabeza, lamentablemente era cierto. Tu cara no se veía completa, las luces de colores se movían constantemente pero sabía que lo decías de verdad. Hablamos escasos minutos, no había mucho que decir; volviste a tu sofá favorito, pero sólo te paraste frente a él, dándome la espalda, mientras permanecías con los brazos cruzados. Realmente no entendía qué sucedía. Te llamé y giraste hacia mí, lo último que recuerdo fue que me sonreíste y pasaste por mi lado, sentí tu respiración en mi cuello y de repente todo se volvió negro.
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
  Ese punto medio, entre la inseguridad y el arriesgarse a todo, entre quererte o alejarte, entre seguirte a donde vayas (como hace tanto vengo haciendo) o dejarte ir de una vez (como hace tanto vengo queriendo).
  La diferencia entre vos y los demás, entre vos y la felicidad, disculpá, pero no la hay cuando no estás. 
  La semejanza de esperar lo inesperable y dejar pasar las oportunidades que me das, entre esperar a que lo hagas vos o nunca avanzar.
  La mitad del miedo y el doble del temor, la cuarta parte del camino y un tercio del amor, todo lo producís vos. 
  La complicidad momentánea y la vulnerabilidad que producimos cada tanto, la verdad que se nota o la mentira que siempre destaco.
  El camino que seguís, siempre paralelo, o el simple diagonal, el mismo círculo vicioso del que nunca avanzás. 
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
Pero vos me decís una cosa y hacés otra. Y me decís algo y yo vuelvo a caer. Y se repite lo mismo constantemente. ¿Y sabés qué? A veces me da igual; porque mientras yo esté al lado tuyo poco importa lo que pase, porque lo comparto con vos. Mientras yo sepa que vos seguís acá, el resto no importa, porque ni siquiera hay resto cuando estás. 
  Pero cómo caigo a veces cuando me doy cuenta de que alguna vez te tengo que soltar, de que alguna vez no vas a estar más, y, de que yo, sigo acá sin poderte alejar. 
  Hoy soñé con vos, y ayer, y el día anterior seguro que también, casi todos los días. El tema es que cada vez que sueño con vos, siempre me levanto feliz, creyendo que algún día pueda pasar algo como en mis sueños. Y cuando no sueño con vos igual me despierto feliz porque sé que te voy a ver, porque sé que una parte del día te voy a tener cerca, aunque eso ya no signifique tanto. 
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
Me quedo atónita observándote, nunca vi algo mejor, tan original, tan sublime, te juro que dabas paz. 
  Te reís, se te alumbran los ojos, la luz te achica las pupilas, agachás la cabeza por timidez, sonrío, das ternura. 
  Jugás, tocás los juguetes, agarrás los autitos, los hacés chocar, te acomodás el pelo y me volvés a mirar, bajo la mirada y sonrío, me matás. 
  Decís cosas que carecen de sentido, te morís de la risa sentado en ese sillón negro, estás lleno de juguetes a tu alrededor y no te importa nada, porque vos estás feliz y yo, no te lo puedo explicar de una manera coherente. 
  Me olvido de que hay más gente cerca, realmente no me importa, ellos saben que te quiero. Ella no me cree, tu amigo no lo sabe para ese entonces. 
  Te ponés un sombrero, te ves tan lindo, no te puedo dejar de mirar. Hacés cosas así y me sacás las sonrisas más sinceras del mundo.
  Juegan, se caen, se ríen, la pelota casi se les cae por la ventana, juegan hasta el cansancio y esa pelota roja termina perdiéndose detrás del sillón.
  Transpirás, hasta así te ves hermoso. Tomás agua, te sentás, volvés a jugar con los juguetes, sos un nene, siempre lo vas a ser. 
  Lo que menos hacen es hacer tarea, ni siquiera la hago yo, porque yo, estoy perdida mirándote, y vos,  estás con las espadas de plástico y las armas del mismo material. 
  Te vas sin saludar, me enojo y reclamo por reclamar, volvés sonriendo y te despedís con un beso en el cachete, "nos vemos", me decís, y ese primer saludo y ese día, no me los olvidé nunca más.
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
  Me sentía increíblemente segura, sin embargo no sé por qué. Su presencia me hacía saber que todo estaba bien. No nos mirábamos, no hablábamos, sólo se escuchaba el silencio de la ciudad, aunque por ser de día, permanecía en silencio escasos segundos. Caminábamos, con rumbo, lamentablemente. No caminábamos por caminar, te escuchaba susurrar cosas por hacerlo, te miraba por mirar pero también para verte una vez más. 
  Sonreías por sonreír y te sonreía por mirarte, nadie notaba nada, ni siquiera vos, pero eso no importaba. No importaba, porque vos estabas ahí, y yo estaba con vos. Caminábamos y sonreía sin querer hacerlo cada vez que intentaba pensar tan siquiera el hecho de estar ahí esos minutos. Porque podría haber sido más tiempo, pero no fue así. Fue poco tiempo pero volví al pasado tantas veces, porque eso sucedía todos los días y eso ya dejó de pasar hace tanto tiempo...
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
Siempre pensé que habías quedado atrás. Muy atrás, en esa parte del camino que no me gusta recordar, pero que vuelvo a recorrer cada tanto, porque, si no me queda nada de ahí, sólo la experiencia, no necesito volver a caer en un lugar del que costó demasiado salir.
  Sentía que estaba tan por encima de esa parte del camino, que era imposible volver a caerme ahí, pero te juro que me equivoqué.
  Vos tan en la tuya, yo tan en la mi(sm)a, nuestros caminos no tenían por qué volverse a cruzar. No teníamos por qué volver a coincidir en hora y lugar, dolor y soledad. 
  Estaba tan en otra, tan en la mía pero a la vez en tanta parte de la tuya, que ni siquiera suponía que eso iba a terminar mal. 
  Apareciste tan de la nada, tan vos, con tu sonrisa que hacía que me olvidara de todo, tan sutil, tan extraña, con todo eso que siempre te acompañaba, con tu caminar extraño, tu sonrisa de nena chiquita, incluso tu forma de expresarte seguía siendo exactamente como la última vez que te vi. 
  Me saludaste cuando pasabas por esa puerta oscura, por inercia te saludé, pero al segundo caí en la cuenta de que eras vos, que estabas ahí, otra vez, e hiciste que todo lo que alguna vez pasamos, volviera una vez más. 
  Y yo no supe controlarme, tantos recuerdos vinieron a mi mente, tan fácil, tan de repente, tan horribles, todas las veces que por favor pedí que no volvieras a mi vida otra vez, todas las noches que me encerré en el baño a llorar(te), todas las veces que necesité que te fueras y me dejaras en paz, y cuando pensé que por fin había llegado ese momento y vos ya no estabas incluida en mi vida, volvés. Me sentí tan destruida como antes, tan imposibilitada para parar lo que me hacía mal, para alejarme de lo que por algún motivo, me hacía volver una y otra vez. Fueron tantas emociones en un segundo, empecé a temblar, mis ojos se nublaron y tenía tantas cosas para gritarte, me sentí tan vacía pero a la vez tan llena de dolor, de bronca y de pánico, porque no sabía qué hacer o decir, cómo avanzar ni siquiera qué sentir, como cada vez que vos estabas ahí. Tantas veces que pedí que por favor no te fueras, que no me dejaras sola, que podría seguir llorando por vos si vos estabas bien, si vos estabas feliz. Tantas veces que pedí que volvieras porque no daba más, porque eras la única que sentía que me podía ayudar, tantas veces que me desperté en el medio de la noche llorando cuando soñaba con vos, cada vez que te veía y me hacía bien aunque supiera que eso no era real. Y una vez que había pasado, me di cuenta de que era lo que menos necesitaba.
  Quería correr, quería llorar, quería alejarme, no quería volver a caer en eso, no podía hacerme eso a mí misma otra vez. Salí de ese salón y ahí estabas, tan sonriente, sonriéndole a tus amigas, tan falsamente, tan distinta, tan fuera de tu esencia. Lo único que hice fue bajar las escaleras, corrí, el camino se tornaba borroso y sentía debilidad en mis piernas, no dejaba de temblar y no me podía calmar, pasé junto a tantas personas, todas me veían, pero nadie preguntaba nada. Entonces me paré. No podía huir de algo que ya no estaba, no podía alejarme de algo que hacía tiempo había dejado de estar. Te esperé, no sé qué iba a hacer, o qué iba a decirte, pero lo hice, los segundos se hacían interminables y vos no bajabas más, ya me estaba arrepintiendo tanto, y ahí llegaban, tan iguales, tan en desmedida, siempre tan presentables, y me viste, te acercabas y yo no estaba tan segura de lo que iba a hacer, no sé si me sentía preparada para tocarte después de tanto tiempo, para sentir que todo esto no era una ilusión mía y que estabas realmente ahí. Pero sí lo estaba, después de eso te fuiste tan rápido y sin aviso, como ya pasó una vez. Se fueron antes de lo acordado, pero al menos sabía que a él, si lo iba a ver de nuevo y más pronto.
  Tantos meses imaginándome el momento, yo necesitaba prepararme para verte otra vez, pero terminó pasando cuando menos lo esperaba. Fue un shock tan grande tenerte en frente mío, después de haberte dicho todo eso, verte hizo que se me derrumbara todo. No sé si hubo algo peor que eso en mi día, mis ganas de llorar durante las horas restantes de clases no paraban más.
  Yo me levanté tan feliz, diciendo "hoy es un buen día porque sí", me sentía tan feliz, el día estaba hermoso, ¿y mirá cómo terminó? Lloviendo, igual que yo e igual que vos.
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
Porque ya no sé qué hacer. Porque vos te vas y volvés, una y otra vez. Porque cada tanto me aburro de todo esto, no quiero que siga pasando y me gustaría poder enfocarme en otra persona. Pero cada vez que lo intento pienso y afirmo que nadie se te compara a vos, porque sí, me han llamado la atención y hasta me llegaron a gustar otras personas, pero ninguno llega a hacerme sentir todo lo que me hacés sentir vos, al menos, silenciosamente. Y sé que el error está en estar todo el tiempo pendiente de la llegada de una persona nueva, porque no sé hace cuánto anhelo que eso suceda, lo peor es que no me imagino queriendo a alguien más que no seas vos. 
  Entonces cada tanto me quedo observándote, y vos no te das cuenta, pero me quedo admirando todo lo que hacés, cada cosa que decís.
  Cada gesto que tenés, la forma de mirar, cuando estás molesto, triste o de mal humor, me encanta poder mirarte y saber qué te pasa, pero tampoco lo sabés. Cada vez que sonreís, cada vez que estás feliz, cada vez que me mirás así. 
  Y al final cuando pasan días y estoy enojada con vos, siempre hacés algo que me hace volver, siempre tenés algo nuevo que mostrarme que podés hacer y que sabés que me va a gustar, porque todo lo que hagas me encanta. Incluso lo que hacés mal.
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
  Era un día frío, desde que se levantó estuvo pensando en que ya había vivido un día como éste.
  A la madrugada, se levanta al baño, toca el piso y las plantas de sus pies se congelan, al tocar el picaporte de la puerta se le hielan las manos, entra al baño y siente un aroma demasiado conocido, comienza a temblar y por primera vez, realmente se sintió atrapada otra vez en ese agujero sin salida, comienza a susurrar cosas inaudibles mientras está tildada en el centro del baño. Estaba parada frente al espejo, se mira de pies a cabeza y se detiene a la altura de sus ojos, ellos le decían que eso nunca había pasado, que nunca salió de ahí, otra vez se sintió miserable al observarse, el momento volvía a repetirse, la misma mirada perdida, exactamente el mismo atuendo que llevaba puesto aquél día, incluso el mismo peinado, el mismo lugar donde pasó fragmentos de cada noche susurrando que parara con todo esto porque ya no podía seguir cuidando de ella, ya no podía seguir por ambas, ya no. Entonces se le cayó una lágrima del ojo izquierdo, ya desconocía si ésta era del momento o había permanecido todo este tiempo guardada. Quería correr, pero sólo lograba observarse en el espejo sin musitar palabra alguna, su mirada estaba clavada en sus propios ojos pero ella ya no estaba allí, cientos de recuerdos merodeaban por su cabeza, incluso los que pensaba habían dejado de existir. Ya no era una lágrima, sino dos, tres... muchas. Cuando regresa la vista a sus ojos, éstos no dejaban de brillar, una sonrisa se formó en su rostro, entendió que ya no volvería a caer de nuevo, que ya había ocurrido hace mucho tiempo, y que ella ya no estaba allí. 
  Regresa a la cama, antes de cerrar la puerta de la habitación, le da una mirada de reojo a la oscuridad de aquél lugar, sabe que ya no pertenece a allí. Se cubre con su sábana, definitivamente era un día frío, las ventanas abiertas dejaban entrar un frío gélido, incluso tan frío como el día que le había conocido, de alguna forma, esa noche sabía que estaba ahí, presente, para hacerle compañía.

Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
  Porque después de tanto tiempo puedo decir que no. Que no me arrepiento de nada, no me arrepiento de vos, no me arrepiento de todo lo que te quise ni te quiero, y espero no arrepentirme más adelante. 
  ¿qué hacés si alguien te dice que te quiere? ¿si te dice que te necesita a más no poder, que sos la única persona que lo hace feliz, que nadie puede hacer que sonría así? 
  ¿cómo le explico que con cada cosa que hace me enamora más, que si él no está nada parece real? ¿cómo le digo que desde que está en mi vida todo está lleno de colores y que cada vez que se va es todo gris? ¿y si le digo que es todo lo que quiero cuidar, que no quiero que nadie lo lastime más, que creo ser la única persona que lo puede amar? 
  Porque estás hace tanto tiempo, hace tanto me ayudás, hace tanto me hacés querer seguir. Hace tanto tiempo que te quiero. 
  Porque después de 2 años llenos de dudas y de inseguridades, puedo sentir que estás acá, y que no te vas a ir, aunque eso suceda cada tanto. 
  Porque después de 2 años de ver tu sonrisa todos los días puedo decir que es mi favorita, que tu risa es música y que por favor no hagas que se deje de escuchar, que eso me salva cuando no sé si seguir está mal. 
  Porque después de tanto tiempo puedo decirte que te quiero, que sos eso que necesité cada día de mi vida, que anhelé tantas veces, y que por más de cómo se estén dando las cosas en éste momento, no quiero perderte, aunque dudo que te tenga, no quiero que te vayas de mi vida, porque podés hacerlo si querés, pero eso no va a hacer que te deje de querer, como desde esa primera vez que te miré.
Share
Tweet
Pin
Share
No comentarios
Newer Posts
Older Posts

About me

About Me

Aenean sollicitudin, lorem quis bibendum auctor, nisi elit conseat ipsum, nec sagittis sem nibh id elit. Duis sed odio sit amei.

Follow Us

  • facebook
  • twitter
  • instagram
  • Google+
  • pinterest
  • youtube

recent posts

Sponsor

Facebook

Blog Archive

  • enero 2023 (1)
  • agosto 2022 (1)
  • julio 2022 (1)
  • abril 2022 (1)
  • marzo 2022 (1)
  • agosto 2021 (1)
  • mayo 2021 (1)
  • abril 2021 (1)
  • febrero 2021 (1)
  • enero 2021 (2)
  • diciembre 2020 (2)
  • octubre 2020 (1)
  • septiembre 2020 (1)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (1)
  • mayo 2020 (2)
  • febrero 2020 (1)
  • enero 2020 (1)
  • diciembre 2019 (2)
  • octubre 2019 (2)
  • septiembre 2019 (2)
  • agosto 2019 (1)
  • julio 2019 (1)
  • mayo 2019 (1)
  • abril 2019 (2)
  • febrero 2019 (2)
  • enero 2019 (2)
  • diciembre 2018 (3)
  • noviembre 2018 (4)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (5)
  • agosto 2018 (8)
  • julio 2018 (8)
  • junio 2018 (8)
  • mayo 2018 (7)
  • abril 2018 (7)
  • marzo 2018 (5)
  • febrero 2018 (4)
  • enero 2018 (2)
  • diciembre 2017 (4)
  • noviembre 2017 (3)
  • octubre 2017 (8)
  • septiembre 2017 (7)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (2)
  • junio 2017 (2)
  • mayo 2017 (2)
  • abril 2017 (1)
  • marzo 2017 (1)
  • febrero 2017 (4)
  • enero 2017 (2)
  • diciembre 2016 (6)
  • noviembre 2016 (9)
  • octubre 2016 (6)
  • septiembre 2016 (11)
  • agosto 2016 (6)
  • julio 2016 (10)
  • junio 2016 (4)
  • mayo 2016 (4)
  • abril 2016 (10)
  • marzo 2016 (4)
  • febrero 2016 (3)

Created with by ThemeXpose | Distributed by Blogger Templates