Te juro que
pienso en vos y se me llenan los ojos de lágrimas. Parece ayer que te tuve
conmigo por primera vez y hoy ya no te tengo. Te me fuiste tan rápido y sin
aviso, y ahora no sé qué hacer. Parece ayer que me quedé toda la noche
despierta para verte bien a vos, que te dejé mi cama y me acosté en el piso con
miedo a que no sobrevivieras la noche; que te vi nacer. Y ahora ya no vas a
poder verme reír, ya no vas a poder verme llorar; ya no voy a poder verte
comer, ni jugar, ni tampoco sentir tus besos o tus ganas de hacerme bien todo
el tiempo… ya no voy a poder verte. Y no sé qué duele más, si no tenerte, o no
haber aprovechado este poquísimo tiempo que te tuve y que fue lo mejor que me
pasó, y que seguramente no supe ver. Y te extraño muchísimo. Y pensar que ayer
te dije “si te pasa algo me muero”, y ahora ya no estás, y ya no te puedo ver
saltar, ya no te puedo ver haciéndome feliz. Ya no está tu luz, todo está tan
oscuro, ni siquiera puedo parar de lamentarlo, siento que no puedo terminar de
llorarte… daría lo que sea por volverte a ver una vez más. No voy a tener más
tus ganas de joderme todo el tiempo cada vez que pasaba al lado tuyo, ya no vas
a ponerte a jugar con mis pies, no vas a quedarte más mirándome y darme un beso
con la nariz, no vas a hacer más nada, porque ya no estás más. Y te juro que
nunca algo me dolió tanto, daría cualquier cosa para abrazarte una vez más y
sentir que no te vas a ir nunca.
Cierta vez me di cuenta de que ya no te quería. No necesitaba más que estuvieras, que me alegres los días, incluso que me sostengas cuando todo iba mal. Nunca lo hiciste en realidad, o nunca lo supiste. Y a veces dolía. Dolía ver que fui yo la que cambió. La que ya no quería seguir igual. Y no está mal, pero dolió....
Me hubiera
encantado darme cuenta, antes, antes de cambiar. Cada mentira, y también cada
verdad. Cambiaría cada noche de llanto, por una sola de felicidad, entre todo
ese abismo en el que me encontraba terriblemente mal. Arreglaría cada lágrima y
la haría secar, hubiera reído en cualquier momento y sin parar, sólo para darme
cuenta de que nada tenía que cambiar. No me habría odiado tanto a mí misma ni
tampoco hecho llorar, debería haberme entendido en cada situación y poderme
hecho mirar. Lo tenía todo, en serio que lo hacía. No necesitaba ser alguien
más, sólo necesitaba que alguien esté aunque todo estuviese mal.
Y ahora que
cambié no quiero volver a padecerlo, sólo quiero querer como antes no pude
hacerlo. Quiero pedir perdón por cada noche rota, cada día desperdiciado
pensando en qué iba a pasar, y haberme dado cuenta de que, al final, siempre
todo iba a terminar.
¿en serio creés que yo no pasé por eso? Yo sé lo que es sufrir, lo que es que no te quieran, o sentirlo así. Sé lo que es no tener amigos, no tener a nadie con quién llorar, con quién contar cuando todo luce mal. Sé bien lo que es no sentirse suficiente, para nada ni para nadie. Sé lo...
Imagínate que la persona que tanto quieras, te cambie por alguien más, que te deje. Es un vacío enorme, ¿qué hice mal?, si puse todo de mi parte, incluso te di lo que no tenía. Y cuando te fuiste, quedé vacía. Nunca había hecho algo así, nunca quise tanto como te quise. En pasado. Porque ya no te merecés que te quiera....
A veces me gustaría poder decir que te extraño, perdón, no me sale. ¿cómo vas a extrañar a alguien que no conociste? Te juro que te pueden hablar mucho de alguien pero lo único que te hace doler y extrañar son los recuerdos que tenés con esa persona, y cuando no existen, ¿qué extrañás? ¿en serio extrañás si no hay nada que extrañar?...
Por qué será que nos esforzamos por ver lo que nos falta y no lo que tenemos. ¿por qué nos ponemos tristes cuando estamos llenos de personas que nos quieren, incluso que nos aman, que nunca nos dejan, y sin embargo nos sentimos solos: también va para mí. No necesito a alguien más, ya no espero que venga alguien, no es...
Dicen que las cosas llegan cuando menos las esperás. Que por ahí estás perdida/o y llega alguien que te encuentra. Que por ahí al final te vuelve a perder y no volvés a encontrarte. Y después juran y perjuran que viene alguien más, alguien mejor, alguien que te encuentra de verdad, que en serio te hace aprender ciertas cosas que quizás antes...
Siempre había
intentado reconocer los problemas de los demás como si fueran míos, como si yo
estuviera viviéndolos, hasta que encontraba una solución y así ayudaba a
alguien más. Después de tantas veces intentar lo mismo, entendí que no sirve.
Que cada uno va a sufrir a su manera y a entender a su manera, que por ahí si
tal persona piensa así sobre un determinado tema, es porque la experiencia que
tuvo respecto a eso o con otra cosa que no se relacione, le hizo tener ese
pensamiento, que nos puede parecer malísimo pero aún así es lo que piensa.
Cuántas veces le
habremos dicho a alguien más que esto estaba mal, que esto otro tenía que hacerlo
de otra manera, que no servía de nada si las cosas no se hacían así como lo
digo yo, con cualquier tema. Y es lo mismo que antes, cada uno se equivoca, se
cae, piensa y se comporta, pero a su manera, como le sale y como puede.
Hace muy poco
entendí que decir “siempre” es un error, y que decir “nunca”, también. Porque somos
seres cambiantes, todo el tiempo estamos cambiando, por ahí digas “te quiero
para siempre”, pero un día te cansás. Un día necesitás otra cosa, un día ya no
te sirve lo que antes anhelabas todo el tiempo. Porque cambiás, porque las
cosas que te pasan no son las mismas, porque ves diferente lo demás, porque ya
ni siquiera es igual lo que pensás. Es como una etapa de dudas, ¿por qué
cambié, si dije que “siempre” te iba a querer?, simplemente no creo que siempre
vayamos a querer lo mismo, estamos para cambiar todo el tiempo. No podés estar todo
el día viendo por qué sí y por qué no, ¿qué sentido tiene?, las preguntas no te
sirven, no te van a dar respuestas si vos no las querés ver, si seguís
esperando a que las cosas sigan siempre igual. No sé, probá con soltar, probá
con algo más, por ahí hasta te olvides de lo que ya no va. Nada es para “siempre”,
el “nunca” se te puede hacer tan posible en algún momento, no podés estancarte
tanto en algo que ya no da para más, y no me digas que no podés, porque eso es
querer estar mal. Si lo intentás, en algún momento va a salir. Y después ni
siquiera te vas a acordar de las veces que te pusiste mal por algo que ya pasó,
porque quizás estés apostando por estar bien.