Sabés quién sos, qué querés para tu vida, qué te impulsa, qué te hace seguir. Te tenés toda la confianza, pasaste por un montón de cosas, aprendiste lo que no está escrito, lo entendiste a tu manera, lo interiorizaste y lo implementaste a tu manera de ser. Sabés quién sos, sabés lo que querés para tu vida. Qué tipo de personas querés cerca, a quiénes nunca te querés volver a cruzar. Reconocés aspectos generales, caracterÃsticas que te indican desde un principio que el otro es incompatible con tu ser. Ya sabés a qué tipo de personas podés querer, qué rasgos te llaman la atención, cuáles te encantan. Es algo general, algo que te parece atractivo y suma si está. No es algo indispensable, pero te gusta. Y aparece todo eso que no te convence, eso que no se te pasó jamás por la mente. Tenés en frente todo eso que te molesta, todo eso que no querés. Y lo negás, porque tenés tus gustos, cómo te va a gustar todo eso que no te gusta. No sabés bien qué te está pasando, pero lo contrario te está llamando, te está encandilando. Te gusta justamente eso que odiás en los demás, pero por alguna razón que no sabés percibir, en esa persona te encanta. Y decÃs que no, que debe ser algo del momento, o que quizás estás aprendiendo a aceptar. Pero pasa el tiempo, cada vez te enganchás más y te das cuenta de que todo lo que nunca soportaste, de repente lo amás. No entendés nada, pero te tiene. Te tiene libre y sujetada, y si quisieras podrÃas irte a otro lugar, pero no querés moverte, querés quedarte justo acá. Justo a su lado. Y por primera vez en tu vida no te da miedo afirmar que te estás quedando por convicción, aunque el riesgo sea alto y la caÃda pueda ser brutal. No te da miedo quedarte porque estás convencida de que es lo que querés, porque entendés que si no lo decÃs ahora, nada va a poder cambiarlo después. Y finalmente entendés que te puede atraer cualquier cosa, incluso eso que decÃas que jamás te iba a gustar, porque si hay algo que sé, es que vas a pisar todos esos casilleros que pensaste que ibas a saltear, sin importar cuánto intentes no hacerlo.
Estoy al lado tuyo pero realmente no sé si quiero estarlo. A vos te faltan un montón de cosas que yo ya tengo, y no puedo hacer que te des cuenta. No sé cómo decirte que no, que necesito irme de todo esto. No sé descifrar qué es lo que te falta, sos impredecible en tus carencias. Para mà sos única, pero no puedo arreglarte. No puedo. Me lastima arrancar de mà todo eso que pienso que no tenés. Tenés un talento en arreglar a los demás pero sos incapaz de mirarte.
Soy tan chiquita, y vos te ves tan gigante al lado mÃo. Me hacés desconfiar de mÃ. Que no soy suficiente, que me pierdo en cualquier cosa. Y mi mente se deja quebrar tan fácilmente si sabe que es para ayudarte, que no puedo decirle que me hacés mal.
No sé si algún dÃa te vas a arreglar, pero ya no me siento yo cuando estoy al lado tuyo. Me desarmo de maneras que no sé deshacer, y no me encuentro. No quiero confesar que lo hago al propósito, que te puedo regalar todo lo que necesites para ser. Y sé que si no me voy de acá, quizás termine vacÃa.
Es un lugar tan oscuro, desconozco dónde estoy, me quedarÃa si fuera una certeza que vas a crecer más. Pero no lo sé, y eso me hace más chiquita. Estoy al lado tuyo y estoy segura de que merecés más, cosas que yo no sé dar. A vos te faltan un montón de cosas que yo tengo, y no puedo hacer que te des cuenta de las cosas que estás haciendo mal. No sé cómo decirte que me voy, sabiendo que quizás me arrepienta toda mi vida. Pero no puedo darte lo que no sabés que necesitás.
Soy tan chiquita, y vos te ves tan gigante al lado mÃo. Me hacés desconfiar de mÃ. Que no soy suficiente, que me pierdo en cualquier cosa. Y mi mente se deja quebrar tan fácilmente si sabe que es para ayudarte, que no puedo decirle que me hacés mal.
No sé si algún dÃa te vas a arreglar, pero ya no me siento yo cuando estoy al lado tuyo. Me desarmo de maneras que no sé deshacer, y no me encuentro. No quiero confesar que lo hago al propósito, que te puedo regalar todo lo que necesites para ser. Y sé que si no me voy de acá, quizás termine vacÃa.
Es un lugar tan oscuro, desconozco dónde estoy, me quedarÃa si fuera una certeza que vas a crecer más. Pero no lo sé, y eso me hace más chiquita. Estoy al lado tuyo y estoy segura de que merecés más, cosas que yo no sé dar. A vos te faltan un montón de cosas que yo tengo, y no puedo hacer que te des cuenta de las cosas que estás haciendo mal. No sé cómo decirte que me voy, sabiendo que quizás me arrepienta toda mi vida. Pero no puedo darte lo que no sabés que necesitás.
El miedo se puede conceptualizar de infinitas maneras. Podés tenerle miedo a todo. Podés tenerle miedo a nada. Podés tener tus miedos especÃficos, esos que son Ãntimos y tuyos. Y el que tenés al lado no lo entiende, como vos tampoco entendés los suyos, a menos de que también te pase. Aún asà no es el mismo miedo.
El miedo te paraliza, te inquieta y te mantiene pensando en una realidad ficticia. El miedo te consume. Y un dÃa que no recordás ya sentÃs que son uno, que no se pueden separar más. Querés adelantarte, ganarle, pero él siempre tiene sus trucos que te hacen quedar atrás.
El peor miedo es ese que está personificado. Te juro que vos no conocés mi miedo. Pero ese miedo me mataba en el sentido más literal de la palabra. Cuando me encontraba con él era como si mi realidad y la que imaginaba, chocaban. Y quedaban trizas, ya no sabÃa qué era de verdad y qué no. De tantas colisiones ya no sabÃa dónde estaba viviendo.
Pero a veces tenés que ir y hacerle frente a tu peor miedo, ese que te hacÃa temblar las piernas y te quebraba la voz; y pasarlo por encima, ganarle, decirle que no, que demasiado tiempo lo idealizaste como lo peor, y como algo que nunca se va a ir, pero que al final se terminó yendo cuando dijiste basta. Justo adelante del miedo está parte de mi paz, ¿en serio siempre estuvo ahà mientras yo miraba para atrás?
El miedo te paraliza, te inquieta y te mantiene pensando en una realidad ficticia. El miedo te consume. Y un dÃa que no recordás ya sentÃs que son uno, que no se pueden separar más. Querés adelantarte, ganarle, pero él siempre tiene sus trucos que te hacen quedar atrás.
El peor miedo es ese que está personificado. Te juro que vos no conocés mi miedo. Pero ese miedo me mataba en el sentido más literal de la palabra. Cuando me encontraba con él era como si mi realidad y la que imaginaba, chocaban. Y quedaban trizas, ya no sabÃa qué era de verdad y qué no. De tantas colisiones ya no sabÃa dónde estaba viviendo.
Pero a veces tenés que ir y hacerle frente a tu peor miedo, ese que te hacÃa temblar las piernas y te quebraba la voz; y pasarlo por encima, ganarle, decirle que no, que demasiado tiempo lo idealizaste como lo peor, y como algo que nunca se va a ir, pero que al final se terminó yendo cuando dijiste basta. Justo adelante del miedo está parte de mi paz, ¿en serio siempre estuvo ahà mientras yo miraba para atrás?
Es tan fácil quererte, a veces sale en forma de impulso, a veces de miedo. Pero al final me animo, y se rompe el encantamiento. Eso vengo pensando, ¿qué pasa si un dÃa me doy cuenta que lo único que veÃa en vos era ilusión? Porque las idealizaciones siempre van a parecer más correctas que ir y hacer que sea realidad. Pero la realidad es tan distinta a mi cabeza. Y vos te ves tan bien en cualquier parte...
Cuando te quiero en forma de impulso las sensaciones disminuyen, van al punto de fuga y se quedan ahÃ, y te juro que me hacen creer que no me pasaba nada. Pero cuando te quiero en forma de miedo las sensaciones se elevan hasta no sé dónde, y te juro que me hacen creer que te puedo querer para siempre. Y yo me quedo ahÃ, justo en el medio, y me siento incapaz de estabilizarme entre ambas formas, porque quizás las necesito a las dos para sentir que te estoy queriendo de verdad.
Cuando te quiero en forma de impulso las sensaciones disminuyen, van al punto de fuga y se quedan ahÃ, y te juro que me hacen creer que no me pasaba nada. Pero cuando te quiero en forma de miedo las sensaciones se elevan hasta no sé dónde, y te juro que me hacen creer que te puedo querer para siempre. Y yo me quedo ahÃ, justo en el medio, y me siento incapaz de estabilizarme entre ambas formas, porque quizás las necesito a las dos para sentir que te estoy queriendo de verdad.
Ayer vi dos árboles ya muy grandes como para nunca haberlos visto antes. Pero jamás los habÃa notado. Pensé que deben haber un montón de cosas que no se ven en realidad, o que somos incapaces de ver. Para mà la realidad son muchas cosas que están muy lejos de lo que habita en mi mente. Entonces, pensé, la realidad se va poblando de objetos, inanimados o no tanto, que construyen lo que yo soy capaz de ver. Siempre creà que bajo ningún concepto se pueden encontrar iguales realidades. Para mÃ, no existen. No las percibimos de la misma manera. Y por eso carecen de semejanza total. Parcial puede ser, aunque es complicado que eso suceda.
Y hoy doblando por una avenida vi a dos hombres hablando, o eso parecÃa, puesto que yo estaba en un colectivo y, ellos, casi sentados en una fuente. Uno que tenÃa muletas al lado movÃa sus manos exageradamente como si quisiera demostrar algún punto en lo que supuestamente decÃa, y el otro simplemente, se dedicaba a escucharlo, a veces mirándolo, y otras a ver sus manos cerradas en forma de puños. Pensé tantas cosas, se estaban peleando, el que llevaba muletas quizás estaba borracho (por cómo se movÃa), o era solamente una charla entre amigos, o quizás ni eso, sólo dos personas que se sentaron en un mismo horario y lugar. Y ese suceso hizo que me acuerde de los árboles, tan crecidos, uno igual al otro, en el centro de una avenida por la que paso casi todos los dÃas. Vistiendo un verde tan oscuro... No sé, quizás si justo en ese momento hubiese mirado para otro lado, jamás hubiera visto nada, y mi realidad nunca se hubiere expandido un poquitito más.
Y hoy doblando por una avenida vi a dos hombres hablando, o eso parecÃa, puesto que yo estaba en un colectivo y, ellos, casi sentados en una fuente. Uno que tenÃa muletas al lado movÃa sus manos exageradamente como si quisiera demostrar algún punto en lo que supuestamente decÃa, y el otro simplemente, se dedicaba a escucharlo, a veces mirándolo, y otras a ver sus manos cerradas en forma de puños. Pensé tantas cosas, se estaban peleando, el que llevaba muletas quizás estaba borracho (por cómo se movÃa), o era solamente una charla entre amigos, o quizás ni eso, sólo dos personas que se sentaron en un mismo horario y lugar. Y ese suceso hizo que me acuerde de los árboles, tan crecidos, uno igual al otro, en el centro de una avenida por la que paso casi todos los dÃas. Vistiendo un verde tan oscuro... No sé, quizás si justo en ese momento hubiese mirado para otro lado, jamás hubiera visto nada, y mi realidad nunca se hubiere expandido un poquitito más.
Te vas a reÃr más que antes, te vas a sentir mejor. Vas a seguir en la rutina que a veces te desequilibra, pero te va a gustar más que antes. Te vas a sentir más linda, vas a cambiar todo lo que esté mal. Vas a llorar algunos dÃas, pero vas a sonreÃr más. Te vas a pelear con la gente que te importa, te vas a arreglar. Vas a maquillarte más despacio, como si el tiempo fuera espaciado e infinito. Vas a mirar tus pies al caminar, para no chocarte con nada. Vas a dormir con la misma mala posición, todos los dÃas vas a decir que tenés sueño, más allá de que no sea asÃ, te acostumbraste. Vas a llorar por boludeces, te vas a reÃr por lo simple. Te vas a llenar de detalles pequeñÃsimos, te vas a enamorar un poco más. Te vas a encandilar con lo que no te gusta, y lo vas a comenzar a amar. Vas a sentirte más paciente, de repente esa va a ser tu habilidad. Se te va a pasar el tiempo volando, y te vas a poner mal. Vas a extrañar todo el tiempo, te vas a sentir en paz. Vas a sentirte revolucionada de emociones, vas a volver a soñar. Te vas a reÃr más que antes, porque otra vez volvés a intentar.
Los detalles son tan chiquitos que a veces no se ven. Pero tus detalles los veo de acá hasta donde sea, más allá de mis problemas de vista. ¿Te parece sonreÃr por algo tan tonto? Porque a mà me encanta que sonrÃas, y más si es por algo tan chiquito. ¿Te parece que sonrÃa porque vos sonreÃs? Porque eso me pasa todo el tiempo, incluso cuando no te estoy viendo. A veces la sonrisa se escapa y quizás sea fantasÃa creer que vos, a lo lejos, también lo estás haciendo. Pero me gusta pensar que no me equivoco.
A mà los detalles me encantan, pero casi nadie se fija en ellos. Y hoy descubrà que vos sÃ. ¿Te parece encontrarte sonriendo por un detalle? Porque yo te vi y me quedé tildada, porque vos, vos no sonreÃs por cualquier cosa, y creo que esa es una de las cosas que más me costó aceptar, y eso también es un detalle, el no reÃrte por todo, y el de sonreÃr por lo simple, por lo que no se ve fácil, por lo que me encanta mirarte.
A mà los detalles me encantan, pero casi nadie se fija en ellos. Y hoy descubrà que vos sÃ. ¿Te parece encontrarte sonriendo por un detalle? Porque yo te vi y me quedé tildada, porque vos, vos no sonreÃs por cualquier cosa, y creo que esa es una de las cosas que más me costó aceptar, y eso también es un detalle, el no reÃrte por todo, y el de sonreÃr por lo simple, por lo que no se ve fácil, por lo que me encanta mirarte.
Decime si querer no es eso que me pasa, si no es eso que no cesa ni aunque esté durmiendo. Decime si querer no es eso que siento cada vez que sé que te voy a ver, y peor aún, cuando te estoy viendo. Si no es eso, no sé qué lo sea. Decime si querer no son esas ganas de arriesgarse y sentir que no hay nada que pueda detenerte, decime si no es sentirse gigante y chiquita al mismo tiempo. Que yo no sé nada sobre querer en serio, pero creo que es exactamente lo que siento. No sé si querer sea diferente cada vez, pero con nadie más me sentà asÃ, y ojalá nunca más pueda sentirme de la misma manera si no es con vos. No sé si querer sea verte como sinónimo de algo sano, y que lo único que produce es estar en paz. Porque no sé qué es querer y me parece que es justamente lo que vos me hacés hacer.
Decime si querer no es sobreponerte a todos tus miedos y dejarlos atrás, si no es animarte a hacer cosas que antes jamás hubieses hecho. Decime si querer no te convence de intentarlo. Decime si querer no es eso que me pasa.
Decime si querer no es sobreponerte a todos tus miedos y dejarlos atrás, si no es animarte a hacer cosas que antes jamás hubieses hecho. Decime si querer no te convence de intentarlo. Decime si querer no es eso que me pasa.