No sé si sea porque por momentos llueve, porque no quiero dormir sin antes escribir, si porque te extraño o porque como cada dÃa pensé verte al lado mÃo y equivocarme repetidamente. Conociendo todo esto, sé que evitar la expresión sólo va a causar que me reprima, y que nunca te vayas. En cambio, escribiéndolo, siento que estoy detallando todas las facetas, y etapas, que después voy a leer sin sentir que seguÃs acá, aunque también sienta que nunca te vas a ir.
Creo que cuando te enamorás, el mundo gira en otro sentido. No se te vienen encima todas las cosas al mismo tiempo, sentÃs una liviandad a pesar de cualquier situación. Te sentÃs contenida, simplemente. El ensueño parece durar lo suficiente y a veces eterno, pero finalmente cuando estás a millones de kilómetros de distancia, ése lugar se ve cada vez más chiquito, hasta que termina por desaparecer; desconociendo a dÃa de hoy si existió o no. Y cuando te vuelve a suceder ya sabés (o creés saber) cómo es, y cómo salir, y cómo escribirlo, y cómo leerlo. Sólo para darte cuenta de que es otro lugar que parece el mismo que antes, con la diferencia de que este ahora está existiendo y el anterior murió hace mucho tiempo. Y no sabés cómo salir, quedarte, escribirlo, ni interpretarlo.
Y a pesar de que escriba sobre todo esto, una y otra vez, siempre siento (¿y voy a sentir?) que hay más, que cada vez hay más. O bien porque desconozco ciertos aspectos todavÃa, o porque cada dÃa crecés un poquito más. No lo sé, y no saberlo me desespera. Todos los pasos parecen ser contrarios, nunca son continuos ni hacia un mismo lugar, y me angustia no poder tomar el control ni siquiera de mà misma. Una vez entendà que el futuro lo voy a ver siempre desde donde estoy, perpetuar el presente termina por visualizar todos mis pensamientos en un momento que todavÃa no existe. Y seguir perpetuando todo esto, mirando hacia al futuro con mis ojos del presente, sé que no es algo precisamente positivo. Pero al fin y al cabo sé que es la única manera de que sigas quedándote, evadiendo el hecho de que no es de esa manera.
Retomando el hecho de que el mundo nos suena ajeno cuando nos enamoramos, éste parece ser lindo, brillante, impecable. No hay lugar para cosas negativas en él, o no para nosotros. No se entiende cómo es que nadie se da cuenta, cómo nadie es capaz de percibirlo. Quizás la percepción sea exclusivamente unitaria y paralela a la real, al menos por ése momento. Quizás, quizás el mundo sà es como yo lo veo, o como yo te veo. ¿Cómo te digo que siempre vas a hacer que el mundo gire diferente?
Creo que cuando te enamorás, el mundo gira en otro sentido. No se te vienen encima todas las cosas al mismo tiempo, sentÃs una liviandad a pesar de cualquier situación. Te sentÃs contenida, simplemente. El ensueño parece durar lo suficiente y a veces eterno, pero finalmente cuando estás a millones de kilómetros de distancia, ése lugar se ve cada vez más chiquito, hasta que termina por desaparecer; desconociendo a dÃa de hoy si existió o no. Y cuando te vuelve a suceder ya sabés (o creés saber) cómo es, y cómo salir, y cómo escribirlo, y cómo leerlo. Sólo para darte cuenta de que es otro lugar que parece el mismo que antes, con la diferencia de que este ahora está existiendo y el anterior murió hace mucho tiempo. Y no sabés cómo salir, quedarte, escribirlo, ni interpretarlo.
Y a pesar de que escriba sobre todo esto, una y otra vez, siempre siento (¿y voy a sentir?) que hay más, que cada vez hay más. O bien porque desconozco ciertos aspectos todavÃa, o porque cada dÃa crecés un poquito más. No lo sé, y no saberlo me desespera. Todos los pasos parecen ser contrarios, nunca son continuos ni hacia un mismo lugar, y me angustia no poder tomar el control ni siquiera de mà misma. Una vez entendà que el futuro lo voy a ver siempre desde donde estoy, perpetuar el presente termina por visualizar todos mis pensamientos en un momento que todavÃa no existe. Y seguir perpetuando todo esto, mirando hacia al futuro con mis ojos del presente, sé que no es algo precisamente positivo. Pero al fin y al cabo sé que es la única manera de que sigas quedándote, evadiendo el hecho de que no es de esa manera.
Retomando el hecho de que el mundo nos suena ajeno cuando nos enamoramos, éste parece ser lindo, brillante, impecable. No hay lugar para cosas negativas en él, o no para nosotros. No se entiende cómo es que nadie se da cuenta, cómo nadie es capaz de percibirlo. Quizás la percepción sea exclusivamente unitaria y paralela a la real, al menos por ése momento. Quizás, quizás el mundo sà es como yo lo veo, o como yo te veo. ¿Cómo te digo que siempre vas a hacer que el mundo gire diferente?