En mi mente no cabÃa la idea ni la posibilidad de que saliera mal. Porque como crecà siempre creyendo que los sentimientos lo podÃan todo, no entendÃa por qué quererte tanto no daba buenos resultados. ¿Por qué vos no me podÃas querer de la misma manera? Me preguntaba. Y me pregunto.
En mi cabeza aún no cabe la posibilidad de que no me quieras. Y aún no acepto que querés a otra persona. Me produce hacerme millones de preguntas que siempre terminan en lo mismo: no me querés. Pero me querÃas, ¿no?, y si era asà ¿por qué no podÃas arriesgarte por mÃ?, ¿quererte de esta manera no era suficiente?, jamás dudé de lo que sentÃas ¿vos no podÃas aceptar que tanto te querÃa?
En mi mente hoy sà cabe la posibilidad de que estés queriendo a otra persona. Porque es lo que hacés, porque jamás podrÃa ir en contra de tus sentimientos. No pude lograr que te arriesgaras pero sà que lo hicieras con alguien más. Hoy sé que no elegiste a nadie, que no es que fuera menos, o poco, o insuficiente. No tenÃas nada que elegir, porque querer no se elige. Sà duele, y muchÃsimo, ver que con otra persona sà lo que conmigo nunca pudiste. Pero, como amiga, no podrÃa estar en contra de tu felicidad. Porque querer no se elige, aunque no hayas podido elegirme a mÃ.