A veces olvido lo mucho que fuiste para mÃ. Al final todos los dÃas fueron iguales a como son hoy, con la diferencia de que en muchos te quise. Te amé. Te amaba. Poco recuerdo el amor que te tenÃa y mucho de cómo me rompió. Habrán pasado casi setecientos dÃas de ése dÃa, y muchos menos de los que le siguieron, pero incluso los más cercanos dolÃan como si no hubiese transcurrido ninguno. Habré tenido más amores hasta hace no mucho, pero en esos casi setecientos dÃas te volvà a recordar. No desde lo que te amaba, sino desde lo que me rompÃa. Y aunque hoy te tenga de otra forma, mejor que la que jamás pensé tenerte, a veces vuelvo a recorrer todo ese camino en el que pensé permanecer para siempre. Nunca pensé qué habrÃa más allá de vos, después de vos. Pero lo descubrà de una no muy buena manera: trayéndote a cualquier lugar, buscándote en cada multitud de gente. TodavÃa puedo recordar cómo me estremecÃa ver a alguien similar a vos, en cómo me desesperaba por hacer que siguieras estando. Pero en algún momento no quisiste estar más, y para cuando me di cuenta ya te habÃas ido hace tiempo. Qué difÃcil intentar diferenciar el tiempo, donde me quisiste y donde lo seguiste haciendo pero no ya como querÃa.